"El placer de aprender y valorar los sueños para concretarlos en familia" Nota a la vicepresidenta de Molinos San Jose - Noemi Gasparin

Una empresa exitosa puede ser el resultado de muchos factores: organización, reglas y objetivos claros, suerte, perseverancia, etc. Molinos San José S. A. sin dudas es todo eso y más. En ese plus, no se esconde ninguna fórmula secreta. Hubo un fundador, Carlos Dellizzotti, una familia que traía la historia en el rubro, y hubo y hay a continuación, una mujer a la par. Capacitada para sus sueños y los de su marido. Desde su rol docente en la universidad, pasando por la empresa para ordenar finanzas, Noemí Gasparín de Dellizzotti disfruta de los sueños que junto a su esposa y su hija concretan a diario.

Alejandra Rettore | Dos Florines


A propósito de la semana del maestro, viendo llegar y partir a mi hermana con regalos contando las anécdotas de sus alumnos, como las disculpas de algunos por ser sencillo el regalo; la emoción latente y visceral de quienes tienen desde el saber: el enseñar y viceversa. Decía en el comienzo: a propósito, me encuentro para esta entrevista, con una docente cuya virtud de dadora de conocimiento, implica en ella, nutrirse en forma constante, ya que estudia y estudia, luego entrega y entrega aquello que aprende a sus alumnos, con el mismo placer. Y si bien, por estar dedicada a la educación superior no reciba regalitos de sus alumnos en formato de papel regalo, estoy segura que más de una vez verá ese envoltorio en una mirada agradecida de ellos. Un homenaje a los maestros, a los entrenadores del conocimiento, a través de Noemí, porque además es una actividad de la que disfruta, así sentido lo expresó: “Siempre quise enseñar y hace 28 años que soy profesora universitaria en la facultad de Ciencias Económicas de Paraná”.

Acompañamiento. Su historia personal se escribe junto con la de su esposo Carlos Dellizzotti, fundador de Molinos San José S. A. en el año 1992. Noemí defiende esta premisa con la misma vehemencia con la que establece el límite; acompañamiento, funciones claras para cada uno; sumando la alegría que su única hija, María Virginia, también contadora pública nacional, trabaja con ellos. – “Poquito tiempo después de casarnos empecé a trabajar para el acopio como contadora externa. Pero solo me ocupaba de los aspectos contables. Cuando Carlos inicia Molinos lo acompañé haciéndome cargo de la administración y contabilidad de la nueva empresa, pero manteniendo lo anterior. Siempre hemos trabajado muy bien juntos. Tenemos nuestras funciones bastante ordenadas y respetamos el rol de cada uno. Hoy diría que Carlos se ocupa de todo lo relacionado con el molino, en el aspecto comercial, donde sin dudas la compra de trigo es la vedette y yo me encargo de la fábrica de pastas secas y los temas financieros. Desde hace más de un año se incorporó Virginia al equipo, dedicándose especialmente al aspecto administrativo”, contó Noemí.
A este acompañar, Noemí lo explica desde sus propios movimientos, resaltando que su esposo también la apoyó en cada uno de sus proyectos. Desafiante en ideas y hechos, muestra su dinamismo, orgullosa para el hacer, y ante los nuevos sueños , alguno de ellos llevados a cabo y otros pronto a concretarse de Carlos, Noemí se refiere a esto desde el Amor: 
-“Después de tantos años viviendo Molinos San José, habiéndolo visto nacer y crecer, como se dice normalmente, y de haber vivido un sinnúmero de situaciones, muchas buenas, otras preocupantes, unas que te hacían sufrir y otras que te hacían muy feliz, diría que siento un gran cariño por esta empresa que sin dudas se ha llevado parte de mi vida por un lado y me ha dado por el otro la posibilidad de vivirla de la manera que lo hemos hecho. Sinceramente me encanta lo que hago. Me gustan los desafíos. Me encanta ver nacer en la mente de mi esposo un nuevo proyecto y después acompañarlo para sacarlo adelante. Aquí realmente uno siente a diario la verdadera adrenalina. Y me alegra también que hayamos podido generar en nuestra hija el mismo cariño y entusiasmo que nosotros sentimos por este trabajo nuestro”, relató apasionada.

Encanto. Las mujeres tenemos esto (y los hombres también). Pero con Noemí nos animamos y apelamos a la picardía. Entre el “no me dejés hablar sola porque no paro” de ella, y mi pregunta si le resulta difícil desde su género realizar una actividad empresarial, estamos de acuerdo que en rigor de verdad, se ocupan los lugares realizando los recorridos adecuados y elegidos por cada uno. A veces sale bien y es lo esperado y otras pareciera ser un camino de ensayo y error. Una sensación difusa, porque en ambos casos, mujeres y varones actuamos e interactuamos de todos modos. Ahora sí la picardía compartida:
“No puedo decir si es o no más difícil por ser mujer. Siempre tuve el respaldo ilimitado de mi marido. Creo que cuando uno nace para ser algo no es determinante el sexo. Sé que hay cosas que Carlos hace y que yo no las podría hacer tan bien, pero no por ser mujer sino porque somos distintos. El es más comercial y diplomático, yo técnica y muy directa. Para algunas cosas él es el ideal y en otra soy yo. Nunca sentí que por ser mujer se me impedía algo. Diría que por ser mujer, muchas veces, se consiguen más cosas. Y como el mundo empresario está minado de hombres, muy caballeros todos ellos, ser mujer es una belleza y hay que aprovechar todas las debilidades ajenas y fortalezas propias, aunque sean situaciones de género. Esto es broma”, concluye riendo Noemí, sabiéndose en un rol ejecutivo y seductor a la vez.
Noemí pausa este relato picaresco para confirmar sus gustos y objetivos, su admiración hacia lo bueno y perfectible: -“Me encanta decidir. Me gusta conseguir cosas y si son difíciles más aún. Me gusta trabajar en familia y disfrutar juntos los logros. Me encanta viajar y ver en otras partes del mundo formas de mejorar las cosas y venir aquí y hacerlas realidad y también me gusta pensar que con nuestro esfuerzo y trabajo generamos trabajo para los demás y la verdad es que saber que lo que hacés ayuda a otros no tiene precio. Pero lo que más, más me gusta es ser feliz con lo que hacemos y lo que Dios nos ha dado”. 
Noemí Susana Gasparín de Dellizzotti o Gasparín, o Dellizzotti, la verdad que Noemí no parece necesitar la diferencia. Es natural al expresar el orden de su vida, sus ideas y la forma de llevarlas a la práctica. La imagino ahora en silencio, caminando por el amplio y verde jardín de su casa organizando una clase para la facultad o una reunión de la empresa, o planificando un viaje junto a su familia, haciendo dichosa, sonriente y…con perfume de mujer.

Identidad
Con nombre propio: Noemí Susana Gasparín, paranaense y descendiente de italianos. Es contadora pública egresada de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNER (Universidad Nacional de Entre Ríos). Con cuatro carreras de postgrado: especialización en “Sindicatura Concursal”, cursada en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNER y “Diplomatura en Empresas Familiares”, Universidad Siglo XXI. Además de haber cursado y aprobado, con las tesinas pendientes del Profesorado en Enseñanza Media y Superior” en la Facultad de Ciencias de la Educación y “Especialización en Contabilidad y Auditoría, Facultad de Ciencias Económicas, ambas de la UNER. Casada desde hace 28 años con Carlos Dellizzotti, luego de diez años de novio. Tiene una hija, María Virginia de 24 años que es contadora pública y se encuentra terminando la maestría en Administración de Empresas.

La Empresa
Molinos San.José S. A. se inicia en 1992 por un proyecto de Carlos Dellizzotti. Su familia tenía un acopio de cereales en Sauce Pinto y se dedicaban además a la producción agropecuaria. “Carlos veía la posibilidad de iniciar una nueva empresa que siguiera la cadena productiva una forma de poder ampliar el negocio y permitir que todos los miembros de la familia fueran incorporados a la empresa familiar. En ese momento eran cuatro socios, que incluían al padre de Carlos y tres tíos. Al poco tiempo de iniciar el molino, fallece el papá y queda como socio de sus tíos. Actualmente la empresa está sólo en manos de nuestra pequeña familia” relató Noemí. Trabajan en el mercado interno con fuerte presencia comercial en Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa. También en dos provincias más pero con un pequeño mercado. En todas ellas venden sus productos “Estrella Del Paraná”. Molinos San José S. A. tiene más proyectos que pronto se verán plasmados. Sueños de familia que gustan compartir con los demás, como destacó Noemí en esta nota.

GENTILEZA:
Diario Digital DOS FLORINES
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